Una pregunta tan antigua como su oficio, muchas veces estigmatizado y lleno de tabúes: ¿Cuál es la experiencia real de las trabajadoras sexuales? Respuestas a esta pregunta son tantas como trabajadoras sexuales existen. De entre los rumores y susurros, realmente pocas son las historias que conocemos de viva voz de sus protagonistas.
Por ello, es que en el marco del 2 de junio, Día Internacional de la Trabajadora Sexual, una de ellas nos comparte su amena reflexión sobre cómo disfrutar plenamente nuestra sexualidad.
Beka “la China”, nos explica que se ha dedicado al negocio en una gran ciudad mexicana desde que tenía 15 años: “Necesitaba dinero, y era muy chica para conseguir trabajo… conocer hombres por dinero sonaba algo fácil de hacer a los 15.” Nos relata cómo fue escalando poco a poco hasta ir perdiendo miedo de estar en la calle a altas horas de la noche: “Terminas conociendo no solo a muchos hombres, aprendes sobre muchas mañas y cómo moverte en las calles.”
Una de las primeras preguntas que se nos viene a la mente al hablar con Beka es: ¿Disfrutas del sexo que tienes durante el trabajo?
“Algunas veces. Uno piensa que por tratarse de sexo siempre se la va a pasar bien, pero como todo en la vida, depende. Me gusta especialmente cuando te das cuenta que el sexo es para ambos y no solo para el cliente. Una se da cuenta; desde por como te acarician hasta como ambos terminamos disfrutando.
Hay polvos buenos y polvos malos.”
Un trabajo como cualquiera: Salud sexual, higiene y diversión.
“A veces creen que por tratarse de sexo rápido, tiene que ser igual. Pero no, el trabajo sexual, como toda práctica con múltiples parejas, es muy riesgoso.
Yo tomo medidas de higiene y salud: enemas y condones son siempre obligatorios; aunque algunos clientes me solicitan el servicio sin protección… La verdad es que sí lo he practicado, hay algunos que llegan cargando su prueba VIH.
Siempre suelo bañarme después del servicio.”
¿Te gustan los juguetes sexuales? ¿Tienes atún predilecto?
“Obvio no le hago feo a los juguetes sexuales, me resultan divertidos y estimulantes. Mis favoritos son los que vibran, ¡Me encantan!”
La pregunta de rigor: ¿El tamaño (del pene) realmente importa?
Aunque la creencia popular dice que “un pene grande = más placer sexual”, la realidad es que tener un pene grande puede tener varias desventajas.
Según el portal Medical News Today, el tamaño también influye en la disfunción eréctil debido a complicaciones con el flujo sanguíneo en la zona.
El veredicto de Beka es que a ella le gustan los miembros de buen tamaño; pero no descarta a los “más pequeños” que le ponen más atención y actitud y ocupan otras zonas erógenas del cuerpo como los labios, las manos, etc. Si bien es cuestión de gustos, enfocarse en el placer de ambas partes y no solo en el acto sexual es lo que hace la experiencia más divertida y memorable para ambos a solo contar con un pene grande y torpe.
Disfruta sin miedo y sin vergüenza:
La China nos despide con unas palabras tan hermosas que decidimos dejarlas tal cual para que las leas:
“¡El sexo es delicioso disfrútenlo sin miedo y sin vergüenza!
El cuerpo es maravilloso. Puedes encontrar placer en todo tu cuerpo, hasta en el dedo chico de tu pie, solo si conectas tu mente con tu cuerpo. Explora todo lo que quieres y diviértete.”
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Bio de la persona autora: Victoria Delgado , redactora freelance, exploradora de internet y amante de los gatos. Escribir me sale mejor que dibujar.