Brecha educativa por pobreza menstrual: qué es y qué se necesita para cerrarla

Brecha educativa por pobreza menstrual: qué es y qué se necesita para cerrarla

Probablemente, todas las personas menstruantes recuerdan el día en que les vino la regla por primera vez. Pueden revivir a la perfección las emociones y sensaciones experimentadas en el cuerpo en ese momento de cambios. Por lo general, el miedo se mezcla con un poco de vergüenza, pero también con ilusión por empezar a dejar atrás la niñez y cruzar las puertas hacia un mundo nuevo y desconocido.

Seguramente, también, algunas personas llegaron a ese momento con mucho conocimiento acerca de cómo y por qué quienes tienen útero menstrúan; mientras que otras tantas contaban con muy poca o nula información sobre lo que sus cuerpos estaban a punto de experimentar.

Por más natural que sea, la llegada de la primera menstruación trae consigo muchos cambios físicos y emocionales. Por lo tanto, si no es acompañada con información clara y de calidad, contención, y acceso a recursos básicos de higiene y gestión, puede llegar a convertirse en una dificultad para las niñas, niños trans* y adolescentes, con potenciales efectos negativos en el futuro de su desarrollo.

*Solo a fines de facilitar la comprensión del texto, a lo largo del artículo utilizaremos la palabra niñas o mujeres a modo genérico. Incluimos dentro de este término a todas las identidades que menstrúan, independientemente de su género.

conocimientos acerca de la menstruación

¿Qué es la brecha educativa por menstruación?

A pesar de que menstruar es un proceso totalmente natural y habitual -la mitad de las personas del mundo tiene o va a tener su periodo todos los meses durante gran parte de su vida-, puede significar un factor de desigualdad para el desarrollo de las personas si no se garantiza el acceso a algunas cuestiones básicas, y la etapa escolar puede ser el punto de partida. Esto es lo que se conoce como “brecha educativa por menstruación”.

Según el Banco Mundial, aproximadamente el 40% de las niñas en el mundo, principalmente aquellas que viven en contextos de vulnerabilidad, pueden llegar a ausentarse de la escuela hasta 5 días por mes cuando tienen el periodo.

La intermitencia en la asistencia a clases repercute negativamente en la calidad de la educación recibida, lo que sin lugar a dudas puede perjudicar el futuro del desarrollo profesional y académico de las niñas. El mismo informe del Banco Mundial indica que “las mujeres mejor educadas tienden a ser más saludables, participar más en el mercado laboral formal, obtener mayores ingresos, tener menos hijos, y casarse a una edad posterior”, todas cuestiones clave para favorecer la salida de las familias de contextos de pobreza.

Las causas por las que las niñas faltan a la escuela cuando tienen la regla son múltiples y van desde cuestiones edilicias y estructurales, hasta factores físicos, educativos y sociales.

¿Qué factores causan la brecha educativa por menstruación?

Según Chris Bobel, autora del libro “El cuerpo gestionado: el desarrollo de niñas y la salud menstrual en el hemisferio sur”, las escuelas son muchas veces un lugar inadecuado para las niñas y adolescentes que menstrúan, ya que los baños y las instalaciones de agua y saneamiento son deficientes o inexistentes.

Otro de los motivos por los que las niñas se alejan de la escuela cuando tienen la regla tiene que ver con la imposibilidad de acceder a productos de gestión menstrual, como toallas, tampones o copas. Asimismo, de acuerdo con un informe de UNESCO (2014), el malestar físico que genera la menstruación hace que el 64% de las niñas prefiera quedarse en su casa esos días.

El ausentismo escolar durante el periodo también se relaciona con la falta de información y conocimiento con que las niñas llegan a la menarquia. El tabú que durante siglos ha encerrado a la menstruación hace que se hable muy poco del tema, y que en muchos casos menstruar genere vergüenza. Se ha empujado a las personas menstruantes a esconderse y a procurar que nadie sepa que están sangrando. El temor a “mancharse”, o a recibir burlas si alguien se entera de que están con la regla, lleva a muchas niñas a preferir no asistir a clases.

el derecho a tener una menstruación digna que permita estudiar

Claves para cerrar la brecha causada por la pobreza menstrual

Es primordial que los Estados implementen políticas públicas que faciliten la gestión de la menstruación para todas las personas, pero particularmente para las niñas. Y la presión y las acciones que las organizaciones de la sociedad civil están llevando a cabo para lograrlo son piezas imprescindibles.

Bobel sostiene que, al margen de mejorar la infraestructura en las escuelas y el acceso a artículos de gestión menstrual, “la educación y la lucha contra el estigma deberían ser las principales prioridades”. Es fundamental que los niños, niñas y adolescentes entiendan que las personas con útero menstrúan, que el sangrado menstrual es totalmente natural, y que de ninguna manera es asqueroso. Anahí Rodríguez, fundadora y vocera de la colectiva Menstruación Digna México, explica, por ejemplo, que usar el término “manchar” para indicar que la sangre ha traspasado la ropa interior ubica a la menstruación en el terreno de lo “sucio”, cuando en realidad es siempre limpia. Propone, en cambio, decir “teñir la ropa de rojo”, para despojarlo de connotaciones negativas.

Por otra parte, resolver y garantizar el acceso a productos de higiene y métodos de gestión menstrual es otra de las claves para cerrar la brecha. En los últimos años, Colombia y México han dado pasos importantes en ese sentido, al lograr que ya no se cobren impuestos sobre los artículos de contención menstrual, lo que significa una reducción en el precio de los productos. Si bien es un avance considerable, desde Menstruación Digna México entienden que esto no es suficiente y aseguran que ahora van por más: buscan conseguir la gratuidad.

La organización no gubernamental argentina Ecofeminita, a través de su campaña MenstruAcción, por su parte, trabaja para que se sancione una ley a nivel nacional que ordene quitar el impuesto nacional conocido como “IVA”, del orden del 21%, a los productos de gestión menstrual. Y que estos se entreguen de manera gratuita en espacios comunitarios. También impulsan y promueven la investigación y socialización de datos respecto de la menstruación, y ponen a disposición material educativo libre y gratuito para hablar del tema en las aulas.

Estas son solo algunas estrategias que pueden implementarse. Garantizar que las niñas accedan a la educación que les corresponde no solo forma parte del cumplimiento de sus derechos, sino que también es un paso fundamental en dirección hacia la igualdad de género. Si la mitad de las personas del mundo menstrúa o menstruará por aproximadamente 4 décadas de su vida, el norte es muy claro: nadie puede quedarse afuera a causa de ese factor.

Bibliografía:

  1. Flores, C. (2019). El alto costo de ser mujer en el mundo en desarrollo. Banco Mundial. https://www.bancomundial.org/es/news/feature/2019/10/23/el-alto-costo-de-ser-mujer-en-elmundo-en-desarrollo
  2. UNESCO. (2014). Puberty education & menstrual hygiene management.
    https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000226792
  3. ¿Cuánto puede afectar la menstruación a la educación de las niñas? Apolitical.
    https://apolitical.co/solution-articles/es/cuanto-puede-afectar-la-menstruacion-a-la-educacion-de-las-ninas

¿Tienes algo para compartir? Deja tus comentarios a continuación, contáctanos en nuestras plataformas de redes sociales: Facebook, Instagram, Twitter, YouTube y TikTok, o envíanos un correo electrónico a info@findmymethod.org. Para obtener más información sobre métodos anticonceptivos, visita findmymethod.org/es.