Cuero o heces de animal, madera, piedra, oro, plata, bronce, marfil… ¿Sabías que, a lo largo de la historia, todos estos materiales fueron utilizados como materia prima para la fabricación de juguetes sexuales?
En las últimas décadas y muy de a poco, hemos ido rompiendo el tabú que rodea al sexo. Sentir deseo, placer y explorar libremente nuestra sexualidad ya no es motivo de vergüenza.
En ese sentido, usar juguetes en nuestros momentos eróticos, ya sea en soledad o en compañía de alguien, se ha vuelto de lo más cotidiano. Sin embargo, lejos están de ser un invento de nuestra época. Sí, como leíste. Hace por lo menos ¡28.000 años! que la humanidad empezó a desarrollar objetos para el placer sexual.
Los juguetes sexuales más antiguos
No es novedad que en las civilizaciones más antiguas de la historia, la sexualidad ocupaba un lugar de importancia. Era habitual encontrar escenas de orgías en las representaciones gráficas que se hallaron de aquellas épocas. ¿Recorremos un poco la historia?
El juguete sexual más antiguo tiene 28.000 años
El juguete sexual más antiguo del que se tiene registro fue hallado en un yacimiento arqueológico en Alemania en el año 2005. El objeto en cuestión estaba elaborado en piedra, tenía forma fálica (medía unos 20 cm. de largo) y data de 28.000 atrás. Las personas expertas argumentan que esas características y el hecho de que estaba pulido en alto grado les inclina a pensar que se trataba de un objeto erótico.
Los juguetes sexuales en el Antiguo Egipto
Se cree que los egipcios han usado heces de camello recubiertas como objetos para el placer sexual. En Las mil y una noches hay referencias a falos de oro, plata y marfil. Incluso, si bien no existe ninguna evidencia científica, hay rumores que indican que la mismísima Cleopatra fue la inventora del vibrador. ¿Cómo? Dicen que puso cientos de abejas vivas dentro de un rollo de papiro para sentirlas “revolotear”. ¡Creer o reventar!
Antigua Grecia
Los griegos – tanto hombres como mujeres- utilizaban cuero relleno con lana para lograr distintos niveles de firmeza y grosor. Se dice que los embadurnaban con aceite de oliva para facilitar la penetración. ¿Habrán sido también los inventores de los lubricantes sexuales?
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En esa época también recomendaban el uso de los objetos fálicos a mujeres que “sufrían” una supuesta enfermedad llamada “histeria”, que era un presunto mal del útero que producía inestabilidad mental y que se debía a la falta de orgasmos.
La llegada del vibrador
Damos un salto temporal al siglo XIX. En 1870, el médico británico Joseph Mortimer Granville inventó lo que hoy en día conocemos como vibrador (¡Gracias, Joseph!). Pero en ese momento, se vendía como un artefacto para aliviar dolores musculares. El objeto se volvió tan popular que rápidamente llegó a los Estados Unidos y se convirtió en uno de los productos más vendidos.
Sin embargo, poco tiempo después, la sociedad empezó a descubrir su verdadera función oculta (“tratar” la histeria con orgasmos) y comenzó a catalogarlo como un atentado a la moral. Así, desaparecieron repentinamente.
Fue casi un siglo más tarde, que los vibradores recuperaron su lugar en el centro de la escena del placer sexual y nunca más salieron. Fue gracias al crecimiento de la industria pornográfica y la liberación sexual y a que en 1952 la Asociación Americana de Psiquiatría dejó de considerar la histeria como una enfermedad.
Desde entonces, se ha abierto un abanico inabarcable de juguetes sexuales. Hay de todos los tipos, formas, tamaños y funciones que puedas imaginar. Si te llama la atención incorporarlos a tu vida sexual, solo tienes que probar y encontrar el (los) indicado(s) para ti. ¡Hay un mundo de sensaciones por descubrir!
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