Pasar algunos días esperando la respuesta de un simple Hola, fue suficiente para entenderlo, una vez más, una chica con la que había hecho match en Tinder me había hecho ghosting.
¿Qué sentido tiene andar dando likes y luego nunca volver a contestar? Si alguna mujer lee este relato, la invito a explicarme en los comentarios el por qué, de jamás responder ni siquiera al primer hola después de un match.
Soy una víctima eterna del ghosting
Tengo 35 años, soy artista plástico y desde hace 1 mes entré a la aplicación buscando algo de diversión. Dediqué un rato a elegir las fotos que me hicieran ver más interesante, escribí algo muy light en la descripción y empecé el juego de los match.
No había usado antes aplicaciones de citas porque pasé casi 7 años en una relación, de la cual hasta ahora he venido a reponerme. Casi 6 meses después de haber terminado con mi ex, decidí que era momento de volver al ruedo y pasarla bien.
Lo malo, es que al haber pasado tantos años juntos, son pocas las oportunidades de compartir con personas que no la conozcan, ahora menos de ligar. Todos mis conocidos me asocian a ella y a mi relación eterna.
De las 15 chicas con las que he hecho match en Tinder este mes, 6 nunca han llegado a responder mi saludo inicial, y 3 han mandado dos mensajes muy básicos y jamás han vuelto aparecer.
¿Alguien puede explicar esto?
¿Hay algo de especial en nunca responder en Tinder, o es mera casualidad que tantas chicas lo hagan?
Cuando después de hablar un rato pierdes el interés o lo hace la otra persona, el ciclo sigue y quedas con la sensación de haberlo intentando (igual es mejor dejarlo claro y no sencillamente desaparecer)
Pero cada vez que me llega una notificación de match, saludo y nunca vuelven a contestar, se despierta en mí una gran curiosidad.
¿Será que las mujeres disfrutan más el pasar fotos hacia la derecha o izquierda, que realmente hablar con el desconocido detrás de la pantalla?
Aparte de las 15 chicas, tan solo 1 ha iniciado la conversación.
Katrina, 26 años, pelo rojo, ojos cafés y una sonrisa tierna. Apenas unos minutos después de haber hecho match, me invitó a tomar una copa a un lugar no muy lejos de donde vivo.
Éramos casi vecinos, seguro nos habíamos cruzado algunas veces en el barrio, pero no nos habíamos llamado la atención. Con ella me encontré el día siguiente, nos tomamos unas cuantas cervezas y vimos el porque jamás habíamos atraído la atención del otro antes.
En verdad entre nosotros faltaba química para que algo llegara a funcionar.
¿Saben?, esa chispa que se despierta sola y es incontrolable, ese impulso corporal que te lleva a seguir a alguien con la mirada, aún cuando puedes pasar la pena de ser descubierto.
Bueno, eso, sencillamente no lo teníamos. Así que esa noche al llegar a casa, ella de la misma manera espontánea y fresca con la que me saludo, me explicó que no veía entre nosotros una posibilidad de algo más y que prefería una amistad.
Y ahí quedó, un cierre tranquilo, cómodo y honesto.
Del Gosthing de Tinder al Gosthing real.
Una tarde después del trabajo mi mejor amiga me invitó a tomar unas cervezas y charlar un poco. Estuvimos buena parte hablando de nuestras vidas, me contó sobre su viaje reciente, yo me quejé un poco de mis compañeros del trabajo; Ya saben, la típica charla amena entre dos amigos que solo quieren pasar un rato.
Cami, es una mujer llena de vida, linda y super inteligente, pero le cuesta un montón entablar relaciones amorosas, ella prefiere el sexo libre, los encuentros casuales y las buenas amistades.
Mientras estábamos hablando su celular sonó, y pude notar su cara de fastidio al revisar la pantalla.
Luego como si por arte de magia el destino me estuviera dando una respuesta me dice:
– aggg, este chico lleva mandando mensajes 4 días seguidos, no le he contestado 1 sola vez y en verdad no he tenido ganas ni de deshacer el match.
Justo delante de mí, había otro hombre que estaba siendo víctima de ghosting, y la perpetuadora era mi mejor amiga.
La explicación de porque ella le hacía ghosting.
No podía quedarme sin preguntarle por qué sencillamente no contestaba su saludo.
- Juan estaba muy aburrida el día que estuve usando Tinder, hice un par de swipes y ya, luego me dormí. La verdad es que ahora mismo no tengo ganas de salir, ni conocer a nadie, ni nada, solo pasaba el rato antes de dormir. (Y así, como si la persona detrás de la pantalla no existiera, desbloqueó su celular, se acercó a mí, y me enseñó cómo deshacer un match)
En ese momento sentí una extraña sensación de vacío en el estómago. Me acordé de las repetidas veces en las que la persona con la que había intercambiado un par de palabras sencillamente ya no salía en mi registro.
Fueron muchas las noches que pasé preguntándome si el hecho de que esas mujeres no me volvieran a responder tenía que ver con mi apariencia, con mi manera de hablar. ¿Les habría parecido aburrido? ¿Al ver detalladamente mis fotos se habrían arrepentido de haber hecho match?
¿Era feo, poco interesante, había perdido el don de conquistar al terminar mi relación? La peor parte, era que cada inseguridad producida por un mensaje no contestado, se juntaba con el dolor que aún tenía de mi relación pasada.
Después de 7 años, quien creía era el amor de mi vida, me había engañado y dejado por otra persona. Un chico alto, musculoso, con mucho dinero y cara de actor de televisión.
Y entonces, sin darme cuenta, todos mis miedos, inseguridades y rencores se juntaban, haciendo aún más amargo cada pequeño desplante.
Lo que parecía una oportunidad para divertirme y conocer posibles parejas, se había convertido en un detonante importante de inseguridades, miedos y complejos.
Ser víctima del ghosting me había marcado.
Al llegar esa noche a mi casa decidí enfrentar mis propios miedos y volver a abrir la aplicación. Pero esta vez no estuve moviendo el dedo de izquierda a derecha, sino de arriba hacia abajo.
Pasé casi 1 hora viendo las conversaciones que tenía abiertas.
En la primera fase, de lo que llamé limpieza digi-emocional, me dediqué a identificar aquellas conversaciones en las cuales nunca recibí una respuesta, e hice exactamente lo que Cami me mostró, cancele un par de match’s y deje únicamente unas pocas conversaciones en las cuales habíamos hablado, pero ninguno de los dos había decidido continuar.
En la segunda fase, decidí retomar conversaciones con aquellas chicas que aún después de ver su perfil me seguían interesando y con las cuales la conversación sencillamente no había pasado a más. Esas en las que no había ghosting, solamente no habíamos profundizado en nada.
Luego, con la cabeza mucho más tranquila me acosté a dormir. Dejando atrás mis inseguridades (al menos las que se produjeron debido a la aplicación)
Ahora, cuando saludo a una chica, pasan algunos días y no me ha contestado, ya no pierdo el tiempo volviendo a saludar; especulando sobre las muchas cosas que podrían faltarme o que están mal en mí.
Gracias a mi charla con Cami finalmente entendí, que todos somos universos distintos, y que el hecho de que las mujeres en la aplicación no me respondan, tiene más que ver con ellas que conmigo.
¡Así como Cami, habrá muchas chicas que decidieron darle like a la foto, pero no a la oportunidad!
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