por Judith Bermudez
Viernes a medio día, entra en mi consultorio una joven de alrededor de 16 años. Pálida, sumamente delgada, inicia la consulta mostrándose tímida, pero puedo notar que se encuentra desesperada. Tiene un bebé de un año, no ha visto a un médico desde que le quitaron los puntos de la cesárea.
– ¿Qué puedo hacer por ti Fátima*?
-Vengo a que me quite el implante
-Tienes un implante anticonceptivo en el brazo? ¿Cuándo te lo pusieron? ¿Cuándo nació tu bebé?
– (…) Si
– ¿Y por qué quieres quitártelo? ¿Estás pensando en otro embarazo?
-No doctora, es que llevo todo el año sangrando
Conversaciones como esta, son mucho más comunes de lo que nos gustaría pensar. El poco acceso a servicios médicos, la desinformación y mitos acerca de los efectos de los métodos anticonceptivos, también conocidos como métodos de planificación familiar, pero sobre todo los tabúes que aún permanecen en nuestra sociedad acerca de la menstruación y los cambios en el cuerpo y la salud de la mujer son responsables de casos como este.
Si eres usuaria de algún método de planificación familiar, si has leído o buscado información antes de usar uno, incluso si tu hermana los utiliza, seguramente has escuchado entre los efectos esperados “Sangrado anormal” o “Cambios en el patrón de sangrado”
Pero ¿Qué tanto es tantito? ¿Qué son estas alteraciones esperadas?
La menstruación no es más que el desecho del endometrio que se forma en cada ciclo dentro de tu cuerpo. El endometrio es la capa de tejido que crece en tu útero, con la función de en algún momento recibir un embrión, un posible bebé. Cuando, al finalizar tu periodo fértil, el endometrio no recibe las señales que tu cuerpo le mandaría si estuvieras embarazada, este tejido comienza a descamarse y se desecha a través de tu vagina.
Recordemos que, en términos médicos, las personas menstruantes sanas, sangrarán en patrones entre cada 21 y 35 días, durante 2 a 7 días y perderán hasta 80 ml, aproximadamente 16 cucharadas de sangre.
Con una definición de normalidad, tan amplia, lo más seguro es que las características de tu ciclo menstrual sean clasificadas así. Después de los tres, diez o veinte años de tu vida que han pasado desde tu menarca (primera menstruación), seguramente te has acostumbrado al patrón de tus ciclos. Sabes cuánto dura, conoces las señales que te avisan que está por iniciar, probablemente tienes ropa que solo usas esos días o hasta tienes una marca favorita de productos a utilizar durante tu periodo. Pero ¿Qué pasa después de adoptar un método de planificación familiar? Esos cambios ¿Cómo van a afectar tu vida?
Todo dependerá de la relación que tengas con tu menstruación. Para algunas mujeres es indispensable y no conciben la vida sin ella, para otras es una molestia o bien, una condición fisiológica que no provoca complicación alguna. Dependerá de cada una de nosotras. Pero sin importar si tu menstruación te cae bien o mal, si la odias o si solo has aprendido a vivir con ella, es importante que conozcas los cambios que se pueden presentar dependiendo del método de planificación familiar (MPF) que elijas.
Lo primero que debes saber, es que vas a estar bien. Estos cambios son esperados y difícilmente pondrán en riesgo tu vida o tu salud. Pero después de conocer por años a tu cuerpo, a tu menstruación, de saber exactamente qué esperar, si repente se comporte de manera distinta, puede ser aterrador.
En segundo lugar, debemos entender que todos los métodos anticonceptivos pueden provocar efectos adversos y reacciones secundarías más allá de las relacionadas con tu periodo menstrual. Hablar de ellos tomaría otro artículo y lo dejaremos para otra ocasión.
A continuación, te explicare los cambios más comunes en usuarias de métodos anticonceptivos con el fin de que podamos dimensionar que puedes esperar en tus ciclos una vez que inicies a utilizar el método de tu elección.
El primer cambio será la Amenorrea.
La amenorrea la podemos definir como Ausencia de menstruación. Y existen algunos métodos anticonceptivos que te pueden inducir una amenorrea secundaría. ¿Por qué?
Los métodos anticonceptivos hormonales, utilizan hormonas que me gusta llamar “hormonas de embarazo”, estas hormonas son las que tu cuerpo produciría en caso de que te embarazaras para mantener el embrión y posteriormente al feto, feliz, alimentado y protegido durante todo el embarazo. Obviamente embarazarte para no menstruar es demasiado trabajo. Nadie está pensando en eso.
Pero tenemos la opción de hacer creer a tu cuerpo que estas embarazada. ¿Recuerdas a nuestro amigo el endometrio? Si no recibe la seña de seguir creciendo por medio de estas hormonas de embarazo, es hora de desintegrarse y ser expulsado por la vagina. Pero ¿qué pasa si recibe estas señales de embarazo de forma continua? Para tu útero es super sencillo. Si ya estamos “embarazados”, no necesitamos engordar y hacer crecer al endometrio, Y si no tenemos endometrio que desechar, entonces no hay menstruación.
Los métodos qué comúnmente inducen una amenorrea son el DIU con Levonogestrel o medicado, el implante subdérmico, y las inyecciones de progestágeno solo, o sea las inyecciones anticonceptivas que se aplican cada dos o tres meses.
Muchas personas creen que, al utilizar métodos hormonales y causar amenorrea, toda la sangre y tejidos se acumulan dentro de tu cuerpo provocando dolor, inflamación, infecciones, aumento de peso…etc. Pero como vimos anteriormente, si el endometrio no se engruesa, no crece por no recibir estimulo hormonal, es perfectamente normal no tener sangrado menstrual y no debe ser fuente de preocupación.
Como dato adicional, no olvides que las hormonas de embarazo que te proveen estos métodos anticonceptivos no son perfectas, y tu endometrio puede continuar creciendo a pesar de ellas. Esto nos lleva a la siguiente alteración.
Spotting
El spotting, o puntilleo por su traducción del inglés, hace referencia a un manchado constante pero apenas perceptible. Son las pequeñas gotitas de sangre que puedes encontrar en tu ropa interior de forma intermitente.
Generalmente este tipo de sangrado ocurre en usuarias de algún método que induce amenorrea. Como mencionamos anteriormente, las hormonas de embarazo no permiten que el endometrio crezca. Pero a veces lo hace en una capa muy delgada que se adhiere y se desprende de tu útero sin ser lo suficientemente gruesa para provocar una menstruación. Cuando tu útero se contrae, puede provocar un leve sangrado, prácticamente gotitas. Los orgasmos, las relaciones sexuales vaginales, la actividad física intensa pueden asociarse a este tipo de manchado. En algunas ocasiones puede que lo encuentres en tu ropa sin encontrar ninguna razón asociada y solo porque son los días en los que normalmente ocurriría tu menstruación.
Si este sangrado en spotting te molesta, acude con el profesional de la salud de tu confianza. Existe una sería de medicamentos muy sencillos y fáciles de administrar que pueden resolver este problema sin mayores complicaciones.
Hipermetrorragia…Hiper… metro… qué?
Existe una serie de palabras largas y complicadas que a resumidas cuentas significan, que se modifica la cantidad y la frecuencia del sangrado menstrual. Difieren de la amenorrea en que no estarás sin sangrar por más de seis meses. Algunos métodos anticonceptivos como el DIU de cobre o de plata y el implante subdérmico, pueden provocar estas alteraciones.
La hipermenorrea es cuando el sangrado es muy abundante (más de 120 ml por ciclo) y según la bibliografía que consultes, también cuando tu menstruación dura más de siete días. Aunque generalmente esto se conoce como Dolicomenorrea.
Aunque pueda ser normal tener un sangrado que se prolongue más de lo esperado los primeros días después de la inserción de un DIU, posterior al uso de una píldora anticonceptiva de emergencia o al utilizar por primera vez un método hormonal, este tipo de menstruación es un signo de alarma que debe ser supervisado por personal médico. El tener ciclos cada vez más abundantes o muy duraderos, puede condicionar que perdamos más hemoglobina y hierro por la sangre de nuestra menstruación, que lo que consumimos a través de la dieta y condicionar anemia.
La Polimenorrea es cuando la frecuencia del sangrado menstrual es menor a 21 días entre ciclo y ciclo. Tal vez tu menstruación paso de durar dos días, a durar cuatro. Tal vez ahora es levemente más abundante; ya no debes vaciar tu copa o cambiar tu toalla dos veces a lo largo del día, ahora son tres. Continúas sangrando menos de 120 ml. Sigue considerándose normal. Entonces … ¿por qué me baja cada quince días? Este tipo de patrón no necesariamente nos hablan de ciclos menstruales de 15 días de duración. Es posible que un episodio de sangrado corresponda a sangrado por ovulación, y el siguiente episodio sea la menstruación como tal, pero además de la diferencia entre la cantidad de flujo, sin análisis de sangre, no tendremos forma de saberlo. Y probablemente en realidad no te interese por qué estas sangrando. Solo quieres regresar a tus ciclos habituales.
La Polimenorrea, también puede generar anemia por perdida de sangre ¿Cómo saber si tienes algo que conocemos como síndrome anémico? Si estas pálida todo el tiempo, si tus ojos tengan un tinte levemente amarillento, si es posible ver a través de tu piel las venas en tus manos, tu cuello o tus piernas, si te sientes cansada todo el tiempo o te cansas muy fácilmente, respiras muy rápido y sientes palpitaciones en el pecho después de hacer actividades sencillas como subir un tramo de escaleras, caminar pocos metros o cargar un bebé, son datos que nos hacen pensar en que el hierro y la hemoglobina que debería transportar el oxígeno dentro de tu sangre, a todo el cuerpo, se encuentra en baja cantidad. En países en desarrollo o poco desarrollados como lo somos los países latinoamericanos, la anemia por deficiencia de hierro (no comer suficiente) y por anomalías menstruales, son mucho más comunes de lo que quisiéramos y puede que necesites tratamiento con medicamentos y tal vez un cambio en tu método de planificación familiar.
La oligomenorrea nos habla de poco sangrado. Puede referirse a la cantidad de sangrado, (menos de 50 ml) o al número de días que menstruas (Menos de dos) Probablemente te preguntes, en lo personal yo lo hice ¿Dónde está la molestia aquí? Sangro menos, gasto menos, estoy libre más tiempo de todo lo que implica estar menstruando. Pero recuerda, cada cabeza es un mundo, y para cada una de nosotras la menstruación significa algo distinto. En algunas culturas, la cantidad de menstruación se asocia a la fertilidad y he recibido pacientes preocupadas porque durante su juventud tuvieron colocado un implante o usaron píldoras anticonceptivas y su sangrado disminuyo. Esta disminución en el sangrado persistió aún después de abandonar su método anticonceptivo. Su pregunta más que justificada es ¿Mi fertilidad disminuyo junto con la cantidad de sangrado? ¿Las hormonas afectaron mi cuerpo y ahora no podré tener hijos cuando lo decida? ¿Me será complicado embarazarme?
La respuesta a todas estas preguntas es no. La cantidad de sangrado menstrual no está asociada a una menor o mayor capacidad reproductiva. Los métodos anticonceptivos a corto y mediano plazo pueden tener diversos efectos secundarios, pero no afectan directamente la capacidad de tener hijos una vez que dejamos de utilizarlos. Si aún no utilizas ningún método y este es uno de tus temores, puedes estar tranquila. Si quieres tener hijos más adelante en tu vida, puedes utilizar un Método de planificación a mediano plazo con total seguridad.
Oligopoli…Oligohipo… Hipohipo?
No es propósito de este texto explicar la diferencia entre todas y cada una de las alteraciones menstruales. Pero sí que sepas que, de las anomalías anteriores, pueden desprenderse múltiples combinaciones.
Puedes tener sangrado abundante y prolongado, o tener sangrado abundante únicamente por un día cada 40 días. Puedes menstruar solo por dos días, pero hacerlo cada semana, o como la paciente de la que les hable al principio de esta lectura, tener sangrado de leve a moderado apenas lo suficiente para mancharte pero continuo y a diario durante todo un año. No se trata tanto de que memorices los nombres, como que comprendas que, aunque son cambios esperados asociados al uso de métodos anticonceptivos, no significa que debas vivir con las molestias que te causan. No son razón suficiente para asustarte, pero si para acudir con el experto de tu elección para darle solución.
Probablemente lo piensas y dices ¿vale la pena usar un método de planificación familiar y arriesgarme a todos estos cambios?
Esa es una respuesta que solo tú, con asesoría de un profesional y de acuerdo con tu proyecto de vida vas a tener. Después de siglos de luchar por nuestros derechos reproductivos, no deberíamos permitir que alguien más decida por nosotras y sobre nuestro cuerpo.
Lo que, si te puedo decir, es que, a pesar de ninguna de las anomalías descritas, es normal y probablemente modifiquen tanto la vida de cualquiera al grado de querer abandonar el método que lo provoco, la mayoría de las veces, con un ciclo de medicamentos o un pequeño ajuste en dosis, cantidad o cambio de anticonceptivo, podemos solucionarlo. Cada paciente, y cada método de planificación familiar, en conjunto, funcionaran de manera distinta. Tanto si estás pensando en adoptar un método de planificación familiar, como si ya tienes uno y te identificaste con alguna anomalía que describimos en estos párrafos, si te surgió alguna duda o si te gustaría cambiar de método, lo mejor es que acudas con un profesional de la salud.
Mientras tanto, por favor escríbenos y dinos que te pareció el artículo. ¿Hay algún concepto que no quedo lo suficientemente claro o que te gustaría que profundizáramos más? ¿Alguna experiencia que desees compartir? Espero este texto te haya sido de utilidad.
Me despido de ti, deseándote menstruaciones llevaderas, métodos anticonceptivos efectivos y una sexualidad plena. Hasta que nos leamos nuevamente