Las hormonas que se utilizan en los anticonceptivos son meramente una versión sintética [1] (fabricada en un laboratorio) de las mismas hormonas que nuestro cuerpo produce de forma natural. Al introducir hormonas, se redirige las funciones regulares del cuerpo y esto evita que suceda el embarazo. Además de proteger contra el embarazo, las hormonas pueden tener algunos efectos secundarios, tanto buenos como malos. Todas las personas reaccionan de manera diferente y los efectos secundarios pueden diferir de acuerdo a la persona y el método anticonceptivo [2].
¿Las hormonas de los anticonceptivos son peligrosas?
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